lunes, 1 de diciembre de 2008

¡La había amado locamente! ¿Por qué se ama? Que extraño es no ver en el mundo más que un solo ser, tener un solo pensamiento en el cerebro, un solo deseo en el corazón y un solo nombre en los labios: un nombre que sube continuamente, como el agua de un manantial, desde lo profundo del alma hasta los labios, un nombre que se repite una y otra vez, que se murmura incesantemente, en todas partes como si fuera una plegaria.
No voy a contar nuestra historia, ya que el amor sólo tiene una historia, que es siempre la misma. Yo la conocí y la amé. Sólo eso. Viví de su ternura, de sus caricias, de sus palabras, en sus brazos, totalmente atado, aprisionado y absorbido por todo lo que procedía de ella, de una manera tal que no me importaba si era de día o de noche, ni si estaba vivo o muerto, en ésta, nuestra vieja tierra, o en cualquier otro sitio.
Te mando flores que recojo en el camino, yo te las mando entre mis sueños porque no puedo hablar contigo. Y te mando besos en mis canciones. Y por las noches cuando duermo se juntan nuestros corazones, te vuelves aire si de noche hay luna llena, si siento frio en la mañana tu recuerdo me calienta, y tu sonrisa cuando despiertas.
Yo te juro que cada dia te veo mas cerca, y entre mis sueños dormido trato yo de hablar contigo y sentirte cerca de mi.
Quiero tenerte en mis brazos poder salir y abrazarte y nunca mas dejarte ir.
Quiero encontrarte en mis sueños que me levantes a besos.
Ningun lugar está lejos para encontrarnos los dos, dejame darte la mano para tenerte a mi lado.
Yo te prometo que sere siempre tu amor, no te vayas por favor.
Y voy preparando 10.000 palabras para convencerte que a mi lado todo será como soñamos
y entre mis sueños dormido trato yo de hablar contigo y sentirte cerca de mi.